Los argumentos legales de México para prohibir el uso de maíz transgénico no están basados en normas internacionales relevantes ni en ciencia o en las leyes del T-MEC, afirmó Estados Unidos. La respuesta estadounidense se dio tras la defensa mexicana ante un panel de expertos.
En un documento de más de 100 páginas, Estados Unidos argumentó que las restricciones mexicanas al maíz genéticamente modificado contradicen los compromisos del país con el T-MEC. Durante décadas, la comunidad científica internacional ha considerado seguros los cultivos genéticamente modificados, y México solía estar de acuerdo antes de prohibirlos sin base científica.
En febrero de 2023, México modificó un decreto que suavizó su postura respecto al maíz transgénico, permitiendo su uso como forraje y para alimentos, pero manteniendo su prohibición en productos como las tortillas. México compra unos 5 mil millones de dólares de maíz a Estados Unidos, principalmente maíz transgénico para ganado.
En marzo, México presentó una defensa argumentando que Estados Unidos no presentó evidencia de que es seguro consumir grandes cantidades de maíz transgénico expuesto a glifosato, y presentó estudios que muestran daños potenciales. Dos meses después, Estados Unidos respondió que México emplea un enfoque vago en la identificación de riesgos y se aparta de la opinión científica predominante.
México afirma que las medidas no tienen efectos comerciales, pero Estados Unidos sostiene que sí los tienen, señalando que las exportaciones estadounidenses de maíz blanco a México disminuyeron significativamente en 2023.
El documento estadounidense concluye que las medidas mexicanas constituyen discriminación injustificada y que las exportaciones de maíz de Estados Unidos a México han fluido libremente hasta hace poco. Se espera un veredicto preliminar en septiembre y uno final en noviembre.
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