El sector pecuario en México enfrenta una crisis sin precedentes debido a la severa sequía que asola al país, poniendo en riesgo la viabilidad económica de más del 50% de los productores agropecuarios. Esta situación alarmante ha sido resaltada por el Comité de Daños y la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Finanzas (Amasfac), quienes advierten sobre las graves consecuencias financieras para aquellos productores que, desafortunadamente, no cuentan con seguros agrícolas, representando menos del 50% del total. La falta de cobertura de seguro agrava la ya crítica vulnerabilidad de los ganaderos frente a la escasez de agua, esencial para la supervivencia y el bienestar de sus animales.
En Mazatlán, José Antonio Lizárraga Rivera, líder de los ganaderos, enfrenta desafíos insuperables para mitigar la falta de agua en el norte del municipio, una región que había sido identificada como un área potencial para el desarrollo de una cuenca lechera significativa. A pesar de los esfuerzos por extraer agua a través de pozos, la disminución de las fuentes acuíferas tradicionales complica severamente las perspectivas de producción a corto plazo.
En Ahome, la comunidad ganadera se prepara para tiempos aún más difíciles. Anticipándose a la inminente crisis por el cierre de presas y la consecuente falta de agua para el ganado, han solicitado al presidente de la Asociación Ganadera Local, Rosario Marín Valdez, que intervenga para obtener apoyos gubernamentales. Esta situación representa tanto una prueba crítica para el liderazgo de Marín Valdez como una posible amenaza a la supervivencia de los hatos en la región.
Por otro lado, en el municipio de Salvador Alvarado, los ganaderos ya experimentan la escasez de alimento para el ganado, según reporta Adolfo Angulo López, presidente de la Asociación Ganadera Local. La dependencia de cultivos como frijol, sorgo y garbanzo, que aportan pocos nutrientes, está comprometiendo la calidad de la carne y augura serios problemas de abastecimiento para sus hatos. Este conjunto de adversidades subraya la urgencia de acciones coordinadas y de soporte gubernamental para mitigar los impactos devastadores de la sequía en el sector pecuario de México, garantizando la supervivencia económica y el bienestar animal en uno de los sectores más críticos de la economía rural.
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