En Veracruz, la perspectiva agrícola para 2024 se ve amenazada por una sequía severa que podría reducir la producción de cultivos hasta en un 50%, según ha advertido Francisco Javier Ugalde, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Esta situación pone en riesgo especialmente a aquellos cultivos que demandan una mayor cantidad de agua para su desarrollo, destacando entre ellos el frijol y el maíz, que requieren de 800 y 2,000 litros de agua respectivamente para producir un kilogramo de semilla.
Ugalde, quien también forma parte del equipo del Campo Experimental Cotaxtla, ha subrayado la importancia de adaptarse a estas condiciones adversas mediante la investigación de variedades de maíz y frijol genéticamente más tolerantes a la escasez de agua. Este enfoque se presenta como una estrategia vital para mitigar los efectos de la sequía durante las etapas críticas del desarrollo de los cultivos.
Además, se señala la necesidad urgente de implementar nuevas tecnologías que modernicen los sistemas de irrigación existentes. Estas innovaciones podrían ofrecer una solución para amortiguar el impacto del estiaje, permitiendo un uso más eficiente del agua en los periodos de escasez.
La situación es particularmente preocupante dado el reciente anuncio de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que ha identificado a más de 100 municipios en Veracruz como afectados por la sequía. Esta circunstancia se agrava con el pronóstico de un déficit de lluvias durante los meses críticos de febrero, marzo y abril, lo que augura desafíos significativos para la agricultura en la región. La comunidad agrícola de Veracruz se enfrenta, por tanto, a la necesidad de adaptarse rápidamente a estas condiciones extremas para asegurar la sostenibilidad de sus cultivos y su economía.
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