En un contexto marcado por lo que se considera la peor sequía en la historia de Jalisco, el gobierno estatal ha tomado la iniciativa de apoyar a los pequeños productores agrícolas y pecuarios severamente afectados durante los últimos tres años. Frente a una crisis que ha dejado secuelas en 123 de los 125 municipios del estado, con 76 de ellos enfrentando una sequía extrema, el gobernador Enrique Alfaro anunció un paquete de ayuda financiera de 300 millones de pesos. Esta medida busca mitigar el impacto en cerca de 60,000 productores locales, especialmente aquellos dedicados al cultivo de maíz y frijol, que han visto cómo sus cosechas se ven dramáticamente reducidas.
Alfaro criticó fuertemente la falta de apoyo financiero por parte del gobierno federal, calificándola de irresponsable ante un desafío que debería ser enfrentado conjuntamente. Mientras tanto, representantes del sector agrícola y ganadero expresaron las dificultades extremas que han enfrentado debido a la sequía y otros factores económicos adversos, como la caída de los precios del maíz y la apreciación del peso frente al dólar, que han agravado su situación financiera.
Para contrarrestar esta situación, la Secretaría de Desarrollo Rural (Sader) detalló los apoyos dirigidos a ambos sectores: los agricultores recibirán hasta 15,000 pesos por un máximo de cinco hectáreas afectadas, mientras que los ganaderos obtendrán 750 pesos por cada cabeza de ganado, hasta un tope de 20, alcanzando así a más de 3,000 pequeños productores. Estos esfuerzos se complementarán con la apertura de ventanillas regionales para facilitar el acceso a los apoyos, evitando desplazamientos innecesarios y promoviendo una distribución directa y sin intermediarios.
Este conjunto de medidas refleja la urgencia y la seriedad con que el gobierno de Jalisco aborda la crisis de sequía, haciendo énfasis en la necesidad de una respuesta colaborativa que hasta ahora no ha sido secundada por el gobierno federal. La situación en Jalisco destaca la importancia de la acción estatal ante desastres naturales y la necesidad de políticas de apoyo efectivas para proteger a los sectores más vulnerables de la economía rural.
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