En Sinaloa, la sequía ha forzado una reducción drástica del 55% en la superficie sembrada de maíz blanco, principal cultivo del estado. Con las presas a sólo el 23.3% de su capacidad, el reto para mantener la producción es monumental. A pesar de las adversidades, se ha logrado sembrar 290 mil de las 324 mil hectáreas objetivo. La diversificación hacia cultivos como el frijol, que muestra un incremento en su siembra, surge como una alternativa viable.
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