Para 2024, el campo mexicano enfrentará desafíos significativos, incluyendo la gestión eficiente del presupuesto asignado por el Ejecutivo Federal en un contexto de sequía y alta inflación. El Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024 asigna 74,110 millones de pesos al sector agrícola, un aumento del 5.08% respecto a 2023. Sin embargo, especialistas critican que los incrementos presupuestales no promueven adecuadamente la productividad del sector. Argumentan que hay un enfoque excesivo en aspectos sociales y asistenciales, como programas de pensiones y abasto rural, en detrimento de inversiones en infraestructura clave como caminos rurales y sistemas hídricos.
Además, se menciona que áreas como salud y educación, que reciben una parte del presupuesto, tienen poco impacto en el desarrollo agrícola nacional. El Grupo de Consultores de Mercados Agrícolas (GCMA) advierte que la respuesta actual a los desafíos económicos no sienta las bases para mejorar la productividad con baja inflación. También señalan una orientación del gasto hacia lo asistencial más que a la inversión productiva, especialmente en programas de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), donde más del 60% del presupuesto se concentra en tres programas principales. El análisis subraya la necesidad de un enfoque más equilibrado para impulsar el desarrollo sostenible del sector agrícola en México.
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