1.Que nuestra voz se escuche
Es fundamental un dialogo inclusivo, que quienes pretenden tomar decisiones que nos puedan afectar o beneficiar nos escuchen y tomen en cuenta nuestras opiniones. Que trabajemos todos juntos por el bien de nuestro sector y de nuestro querido México.
Proponemos se conforme un comité de trabajo interdisciplinario que reúna a representantes de todas las regiones y actividades agropecuarias, así como a autoridades nacionales, estatales, y locales, incluyendo a los candidatos que buscan representarnos en las próximas elecciones. Esto garantizará que las políticas agrícolas sean coherentes, apegadas a las necesidades actuales y que contribuyan a la productividad y prosperidad del campo, en lugar de restarle.
2. Apoyo en financiamiento, comercialización y seguros
En los últimos años, se quitaron prácticamente todos los apoyos al campo, mismos que ya eran limitados. Que quede claro: no queremos privilegios; queremos condiciones parejas, como se hace en el resto del mundo, para poder producir y comercializar alimentos para todos los mexicanos.
Entre otras cosas: herramientas para la comercialización, opciones de financiamiento mediante la banca pública o privada, y respaldo para contratar seguros, que son esenciales ante la incertidumbre causada por el cambio climático.
3. Duplicar la inversión para infraestructura de agua
Sin agua no hay vida, y sin agua no hay alimentos. Estamos enfrentando desafíos extremos con el clima, que hoy desemboca en una terrible sequía. Es imperativo aumentar significativamente la inversión en infraestructura de agua para garantizar su disponibilidad en el campo. También debemos fomentar la adopción de sistemas de riego tecnificado y tecnologías innovadoras para el uso eficiente del agua y para ello se requiere de apoyo y financiamiento adecuado. Modernizar el campo y eficientar el uso de los recursos es un paso fundamental para poder producir alimentos.
4.Decisiones con fundamentos sólidos, midiendo el impacto y escuchando a los productores.
Toda decisión de política pública que afecte al sector debería tomarse con una visión integral, midiendo el impacto y con fundamentos técnicos y científicos.
En muchos casos, eso no ha sucedido. Es necesario siempre trabajar de la mano con los productores agropecuarios, que conocen a fondo las necesidades del campo y pueden advertir cuando una medida sea perjudicial. Si se toman decisiones solo desde los escritorios, no podremos avanzar en sustentabilidad e innovación, que permitan producir alimentos de calidad, inocuos, asequibles y producidos de manera sustentable.
5. Seguridad para poder trabajar
La falta de seguridad afecta a todos los mexicanos, pero en el campo, es cada vez más notoria. El Estado tiene que garantizar las condiciones mínimas para que los agricultores y ganaderos podamos trabajar sin miedo en cada parcela y rancho del país.