El campo mexicano, cuna de la riqueza cultural y alimentaria del país, atraviesa una crisis sin precedentes. Mientras millones de familias rurales dependen de la agricultura para sobrevivir, los retos se acumulan: abandono, sequías devastadoras, falta de inversión, y un gobierno que no logra atender las necesidades del sector. Entre el 20 de diciembre de 2024 y el 8 de enero de 2025, diversos medios han publicado alarmantes reportes sobre la crítica situación del campo. Aquí te contamos los detalles más preocupantes.
Abandono y Dependencia Alimentaria
Más del 60% de los hogares rurales en México obtienen sus ingresos de actividades no agropecuarias, un indicador claro de que el campo ya no es capaz de sostener a quienes lo trabajan. Según Agustín Rojas, investigador de la UNAM, esta dependencia hacia actividades externas refleja el abandono que ha sufrido el sector durante décadas. Las actuales políticas agropecuarias no han podido frenar esta tendencia, dejando a los pequeños productores en una situación de vulnerabilidad extrema.
Este abandono no solo afecta a los agricultores; también pone en jaque la soberanía alimentaria del país. Con la producción nacional en declive, México importa cada vez más alimentos básicos, como el maíz. Dependemos de países extranjeros para alimentar a nuestras familias, lo que nos hace vulnerables a fluctuaciones de precios y crisis internacionales.
La Sequía y el Cambio Climático
El cambio climático es un enemigo silencioso que golpea con fuerza al campo mexicano. Sequías extremas afectan al 90% del territorio nacional, y las lluvias son cada vez más impredecibles. Esta situación no solo reduce los rendimientos agrícolas, sino que obliga a muchos campesinos a abandonar sus tierras.
El Plan Nacional Hídrico, presentado recientemente por el gobierno, promete abordar esta problemática mediante la revisión de concesiones y la construcción de infraestructura para garantizar el acceso al agua. Sin embargo, expertos advierten que la implementación ha sido lenta y que los recursos asignados son insuficientes para enfrentar un desafío tan grande.
Mujeres del Campo: Invisibles y Marginadas
En medio de esta crisis, las mujeres rurales enfrentan una lucha adicional: la inequidad salarial. Ganan hasta un 40% menos que los hombres por realizar las mismas tareas, y menos del 15% de los créditos agrícolas están dirigidos a ellas. Estas cifras reflejan una deuda histórica que perpetúa su exclusión económica.
A pesar de esto, las mujeres son pilares fundamentales del campo mexicano. No solo trabajan la tierra; también lideran cooperativas y proyectos productivos que generan ingresos para sus comunidades. En 2025, el gobierno declaró este año como el “Año de la Mujer Indígena,” una oportunidad para visibilizar y atender las necesidades de este sector. Sin embargo, las acciones concretas aún están por verse.
Un Llamado Urgente
La situación del campo mexicano no puede esperar. Expertos, organizaciones y líderes de opinión coinciden en que el gobierno debe tomar medidas inmediatas. Inversiones en infraestructura, acceso a créditos y programas de capacitación son esenciales para garantizar un futuro sostenible. Además, es crucial abordar las inequidades de género y empoderar a las mujeres rurales.
El campo no solo es el motor alimentario del país; también es el alma de nuestra identidad. Sin él, México perderá mucho más que una fuente de ingresos: perderá su esencia.
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