Los productores agrícolas en México no solo enfrentan la dura realidad de la sequía, sino también la falta de apoyo gubernamental efectivo. En los últimos años, varios programas que brindaban certidumbre y estabilidad a los agricultores han sido cancelados. Entre estos se encuentra el programa de agricultura por contrato, que garantizaba acuerdos previos entre productores y compradores, brindando protección frente a las fluctuaciones del mercado. Además, la cobertura agrícola, que protegía a los agricultores de las caídas en los precios de los cultivos, también fue eliminada.
El descontento entre los productores ha ido en aumento, especialmente en el sector del maíz. En estados como Sinaloa, los agricultores han protestado por la caída del precio de la tonelada de maíz, que ha disminuido de 7,000 a 5,000 pesos en tan solo un año. Estas medidas han dejado a los agricultores vulnerables, ya que dependen en gran medida de las condiciones internacionales y de las políticas gubernamentales que, actualmente, no están a la altura de las necesidades del campo mexicano.
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