Con la llegada de la nueva administración encabezada por Claudia Sheinbaum, se abren nuevas expectativas para el futuro del campo mexicano. Uno de los movimientos más significativos ha sido el nombramiento de Julio Berdegué como Secretario de Agricultura, quien trae consigo una amplia experiencia técnica y administrativa en el sector. Berdegué se ha comprometido a abordar varios de los problemas más urgentes del campo, incluyendo la controversia sobre el maíz transgénico, la utilización del herbicida glifosato, y la gestión de la sequía que ha afectado severamente a las zonas agrícolas del país.
Uno de los principales retos que enfrenta la nueva administración es cómo equilibrar el crecimiento agroalimentario con la sustentabilidad y la inclusión social. México ha logrado avances importantes en la producción y exportación de productos agropecuarios, alcanzando niveles récord en volúmenes y generando importantes ingresos para la economía nacional. Sin embargo, muchos de estos logros no se han traducido en mejoras significativas para los pequeños productores y jornaleros agrícolas, quienes continúan operando en condiciones de alta vulnerabilidad.
La administración de Sheinbaum también busca reforzar la cadena de valor del campo mexicano, promoviendo la innovación tecnológica y las buenas prácticas agrícolas. Además, se han propuesto medidas para mejorar la infraestructura del sector, incluyendo la rehabilitación de cuencas y la expansión de la frontera agrícola, con el objetivo de aprovechar plenamente el potencial productivo del país.
Otro punto clave en la agenda es la atención a los trabajadores del campo, especialmente los jornaleros agrícolas, quienes han sido históricamente ignorados por las políticas públicas. Se espera que la nueva administración implemente programas que no solo mejoren las condiciones laborales en el campo, sino que también promuevan un desarrollo rural más equitativo y sostenible
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