La Laguna de Zumpango, un vaso regulador histórico en el Valle de México, ha sufrido una transformación desoladora, pasando de ser un cuerpo de agua vital a un desierto árido. Con una capacidad de 100 millones de metros cúbicos, hoy no retiene ni una gota de agua, afectando no solo la biodiversidad local sino también la vida comunitaria y los esfuerzos de ecoturismo. Las causas detrás de esta desaparición incluyen la falta de lluvias, el cierre de compuertas que alimentaban la laguna y la sobreexplotación de recursos hídricos para abastecer a la Ciudad de México. A pesar de los esfuerzos de recuperación, la situación parece irreversible, dejando tras de sí un paisaje de lanchas varadas, comercios abandonados y un ecosistema devastado. Este cambio drástico plantea serios cuestionamientos sobre la gestión del agua y el impacto humano en ecosistemas frágiles.
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