Sinaloa, un estado mexicano crucial en la producción de alimentos y en la agroexportación, enfrenta una crisis hídrica severa que amenaza su rol vital en la Soberanía Alimentaria y en el mantenimiento de precios estables para la canasta básica. Con 9,570 hectómetros cúbicos de agua concesionada, el mayor volumen en México y equivalente al 11% del total nacional, el estado dedica el 94.2% de este recurso al sector agrícola. Sin embargo, se estima que entre el 40% y 50% del agua se pierde antes de llegar a las parcelas agrícolas.
Las 11 presas principales de Sinaloa, excluyendo Picachos, se encuentran a sólo el 25% de su capacidad, una cifra alarmantemente baja en comparación con el promedio de las últimas tres décadas. Esta escasez ha resultado en una disminución del 33% en la superficie sembrada para el ciclo otoño-invierno 2023-2024, comparado con el año pasado, y un 21% menos de lo proyectado por el Consejo Estatal de Desarrollo Rural Sustentable (CEDRS). La producción de cultivos esenciales ha sufrido un descenso drástico: la siembra de maíz ha caído un 56%, la de papa un 40%, y la de tomate un 10%. Esta disminución en la producción amenaza con elevar los precios de estos productos básicos. Por otro lado, la siembra de sorgo, maíz amarillo, frijol y garbanzo ha experimentado un aumento considerable, lo que podría llevar a problemas de sobreproducción y dificultades en su comercialización.
La sequía, distinta a la falta de agua en las presas, afecta a todo el territorio de Sinaloa, con varios municipios sufriendo niveles de sequía que van desde moderada hasta excepcional. Esta condición extrema pone en riesgo no solo la agricultura, sino también la ganadería y la pesca, sectores fundamentales de la economía del estado.
El impacto de esta crisis hídrica es potencialmente devastador. Si la producción de maíz de Sinaloa, que normalmente supera los 6 millones de toneladas, se reduce a la mitad, podría provocar un aumento significativo en el precio de las tortillas, un alimento básico en la dieta mexicana. Actualmente, el precio de las tortillas ya es elevado, y una reducción en la producción local incrementaría la dependencia de importaciones de maíz, aumentando la dependencia alimentaria del país del 38% al 42%, alejándose de la meta gubernamental de lograr la autosuficiencia en maíz.
A pesar de esta situación crítica, aún no se ha declarado una Emergencia en Sinaloa, lo que impide el acceso a recursos cruciales para apoyar a los productores y a la población afectada por esta crisis de sequía sin precedentes.
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