Un análisis de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) revela que la producción agrícola de México ha disminuido en un 4.7% en 2023, con una notable reducción en cultivos clave como el frijol, maíz amarillo y maíz blanco. Esto ha llevado a que el abasto nacional de granos esté por debajo de las necesidades de consumo del país. El maíz blanco, un producto esencial para el consumo humano, ha experimentado una caída del 1.2%, equivalente a más de 267 mil toneladas.
Rogelio García-Moreno, productor de sorgo y vicepresidente agrícola del Consejo Nacional Agropecuario, señala que los agricultores mexicanos han enfrentado dificultades como sequías y bajos precios de comercialización, exacerbados por la ventaja del tipo de cambio para importar. Esto ha llevado a que la demanda de granos se sostenga principalmente a través de importaciones, que actualmente representan el 56% del consumo nacional.
La situación se complica para los productores nacionales, quienes deben competir con precios de importación más bajos, lo que reduce su rentabilidad. García-Moreno enfatiza la necesidad de programas de apoyo para la comercialización de granos nacionales, argumentando que los precios deben alinearse con los establecidos por Segalmex (6,805 pesos por tonelada en 2023), en lugar de los precios más bajos del mercado internacional.
Este escenario plantea un desafío significativo para el sector agrícola de México, donde es esencial equilibrar la competencia del mercado abierto con el apoyo a los productores nacionales para asegurar la autosuficiencia y estabilidad económica en el campo.
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