México enfrenta una situación crítica en su sector agrícola con 502,550.14 hectáreas siniestradas entre enero y septiembre, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera. ¿Cómo afecta esta pérdida significativa de cultivos a la economía agrícola y la seguridad alimentaria del país? Juan Cortina Gallardo reconoce que, aunque la pérdida de hectáreas no eleva directamente el costo de los alimentos, otros factores como la sequía y la falta de apoyo gubernamental podrían incidir en un encarecimiento.
La sequía, que afecta a casi el 75% del país, ha sido especialmente severa este año, siendo el más seco desde 1957. ¿Qué medidas se pueden implementar para mitigar los efectos del cambio climático en la agricultura mexicana? Las pérdidas económicas, aunque no cuantificadas exactamente, ascienden a miles de millones de pesos. En Sinaloa, se planea reducir la siembra de maíz en un 60%, y la producción de azúcar en las huastecas podría disminuir en un 50%.
Cortina Gallardo subraya que la seguridad alimentaria está en riesgo. ¿Cómo puede México asegurar la alimentación de su población en este contexto de crisis agrícola? Los programas de apoyo a los agricultores se han reducido en el actual sexenio, y el presupuesto de la Secretaría de Agricultura para este año es de 74,109 millones de pesos. Cortina Gallardo aboga por políticas que no solo apoyen a los pequeños agricultores sino también a la agricultura comercial.
Respecto al aumento de precios de alimentos, Cortina Gallardo opina que México puede importar lo que no produce, pero resalta la necesidad de prepararse para futuras crisis. ¿Qué estrategias pueden adoptarse para hacer frente a estas situaciones recurrentes y gestionar eficientemente el agua disponible?
Jesús Brambila, profesor en la Universidad Autónoma Chapingo, advierte sobre una reducción del 35% en los ingresos netos de los agricultores, afectados por las sequías y el aumento de costos en fertilizantes y energía. ¿Qué impacto tienen estas condiciones en la calidad de las cosechas y la economía regional? Aunque estos efectos no alterarían el mercado nacional debido a las importaciones, ¿cuál es el costo a largo plazo de depender de fuentes externas para la seguridad alimentaria de México?
Este panorama desafiante plantea interrogantes cruciales sobre cómo México puede adaptarse a las condiciones cambiantes y asegurar un futuro sostenible para su sector agrícola y la seguridad alimentaria.
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